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Todos los días nace una nueva agencia: "Agencia Boutique vs Agencias Tradicionales"

Hoy se busca tener estructuras más flexibles, livianas y dinámicas. Existen en la actualidad dos escenarios: uno de trayectoria, estructura, presencia y otro de rotación, proyectos puntuales y prestación a distancia de servicios. Escribe César Badini, Director de Cuentas de Grupo SC. Por César Badini*



El modelo de la nueva agencia ni se acerca a lo que podía ser la agencia "Mad Men": una estructura bien definida por departamentos, por un lado, los creativos, por el otro los de cuentas, los de medios, los clientes y una gran oficina, un inmueble que auspiciaba de lugar de reunión y acción. Hoy se busca tener estructuras más flexibles, livianas y dinámicas, y en estas estructuras van en aumento la contratación por proyectos para atender una parte de una cuenta, para dar un servicio determinado o contrataciones part time acompañadas por la rotación de recursos en periodos cortos. Dos escenarios: uno de trayectoria, estructura, presencia y otro de rotación, proyectos puntuales y prestación a distancia de servicios.


Hace un par de años se da una tendencia y proliferan las ¨mini agencias¨ nuevas, de gente conocida, de ex compañeros, de colegas, que saliendo de estructuras ¨más grandes¨ deciden volcar sus conocimientos y experiencia en emprendimientos propios.


¿Qué sucede con las agencias grandes, tradicionales? ¿Se sienten amenazadas por estas nuevas estructuras? Sí y No. Sí, porque hay clientes que se van a sentir seducidos por estas ̈agencias ̈ seguramente porque los valores que manejan estos proyectos tienden a ser más económicos, clientes que tal vez buscan distintas agencias que le presten distintos servicios, especializados cada uno de ellos (prensa, por un lado, diseño de packaging por otro, redes sociales...) y no porque seguramente ambos modelos de agencias apuntan a clientes distintos. En el mercado hay un montón de potenciales clientes, que no son las grandes marcas o anunciantes y que tal vez miran a las grandes agencias como inalcanzables, y es en las agencias ̈más chicas ̈en donde encuentran servicios, atención y soluciones a sus necesidades.


Además, existe la posibilidad que lejos de ser competencia estas agencias trabajen en sinergia o que se apoyen. Hay clientes o negocios que a las agencias grandes no les sirven, no les resultan rentables. ¿Pueden en esos casos pasárselos a las agencias nuevas? Y viceversa, tal vez clientes chicos que demandan servicios más especializados o tengan una carga de trabajo o inversión que estas agencias chicas no puedan afrontar y ellas a su vez acudir a las agencias con espaldas más grandes.


Sin duda esta situación pandémica aceleró algunos pasos, y la no presencialidad ayudó a que surjan nuevos proyectos ¨desde casa¨ y algo de todo esto llegó para quedarse. Raramente volvamos a la normalidad que teníamos, porque si volvemos esto implicaría que estamos yendo para atrás.


Lo que es importante tanto en agencia grande como chica es escuchar al cliente, acompañarlo, sugerirle, brindarle confianza a partir del expertise y la estructura o equipo de trabajo, más allá de ser grandes o chicos. Un recorrido que incluirá, como toda carrera, competencia, por ejemplo, el constante movimiento, ir en la misma dirección que un competidor obteniendo resultados distintos, pero donde el movimiento más importante es que los clientes, las marcas puedan "hablarle", llegarles a las personas correctas en el momento correcto. Una carrera constante para sobrepasar otras marcas, competidores donde no siempre quien llega primero, gana. Y para esto es clave delinear la hoja de ruta, entrenar, contar con un buen equipo.


Entendamos el nuevo ecosistema, identifiquemos las nuevas propuestas, necesidades y sepamos si estas nuevas agencias nos pican cerca o apuntan realmente a clientes distintos.

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